Redacción/Yenny Colón Chirino.
Fotos/Diannys González Maita.
Las casas de techos rojos, las grandes calles de piedra, las enormes paredes de barro, las hermosas cúpulas con cruces que irradian el catolicismo; arropados de un caluroso clima con brisa soleada y un cielo despejado; esa es Santa Ana de Coro, capital del estado Falcón y la ciudad más antigua de Venezuela.
Gracias a su zona colonial, la cual conserva la arquitectura de los primeros años de fundada, Coro es nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 1993, título que conserva actualmente y que es orgullo no sólo de corianos y falconianos sino también de venezolanos en general.
Coro, gracias a su patrimonio, es considerada una ciudad con grandes potenciales turísticos, muchos de ellos aún por explotar y que se han convertido en espacios para la inspiración de muchos artistas (pintores, escultores, poetas) y para la sana diversión y recreación por la tranquilidad de sus calles y sus increíbles atractivos históricos como iglesias, museos, plazas, entre otros.
Es por ello, que Santa Ana de Coro, cada año en época vacacional, reúne cantidad de visitantes que vienen a deleitarse de una ciudad histórica llena de cardones, tunas, cujíes y un clima árido con ardiente brisa que refresca las calurosas horas que transcurren durante el día en espera de la noche estrellada que baña la ciudad con luz natural del ancho cielo.
“Mi Coro Querida”, la que ha pujado hombres y mujeres luchadores y amantes de la corianidad, con un amplio sentido de pertenencia que avivan las fuerzas de lucha por una mejor y gran ciudad, la que nos dejó Juan de Ampíes pero que la desarrollamos las corianas y corianos de hoy y de mañana.
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